Skip to main content
Icono trans

En los últimos años, tanto la televisión, como el internet y la publicidad le han dado visibilidad a la comunidad trans. Y el caso de Wendy Guevara, es un claro ejemplo en nuestro país que muestra cómo las marcas han comenzado a adoptar a estas poblaciones que décadas atrás sería impensable ver como embajadores de marca. En el presente artículo analizaremos quién es la famosa perdida, el impacto que ha tenido en la cultura popular y el cuestionamiento a las marcas sobre sus intenciones de utilizar a estas figuras para promocionar sus productos y servicios.

Perdida y famosa.

Para entender este fenómeno mediático, primero hay que entender quién es la famosa Wendy Guevara, aunque seguramente no necesite presentación. Originaria de León de los Aldama en Guanajuato. Su paso a una fama relativa se da en 2017 con el icónico video viral junto a su amiga Paola Suárez, donde ambas perdidas en un cerro de su localidad se graban contando su situación y emiten la ahora inmortal frase de ¡Estamos perdidas, perdidas, perdidas! Esto fue suficiente para que el video se hiciera viral en redes sociales en cuestión de poco tiempo, y sería esta inocente grabación la que daría inicio al icono que es hoy en día.

Tras el éxito obtenido con el video; Wendy, Paola y Kimberly Irene iniciarían el proyecto de Las Perdidas en YouTube donde compartirían regularmente videos sobre ellas mismas, y al tener una gran cantidad de audiencia, no faltaría mucho para que los medios pusieran la mirada sobre las chicas no tan perdidas. Recogieron un premio en los MTV Millenial Awards, tendrían una participación especial en la telenovela Doña Flor y sus dos maridos de Televisa, colaborarían con Adela Micha e incluso participarían en la serie biográfica de Gloria Trevi, Ellas soy yo.

Y si algo le faltaba hacer a Wendy Guevara era despegar su carrera musical, que en 2021 comenzó a lanzar sencillos de EDM y pop latino. Entre estos: Mua, Hey perra, Hasta que salga el sol, Putssy, Las Bebas Trans y Tu malandrito. Colaborando con distintas personalidades de la comunidad LGBTQ+. ¿Qué más podría hacer Wendy Guevara? Mucho más, su ascenso a ser un icono popular recién comenzaba.

El verdadero boom de su carrera se dio el año pasado con el estreno del reality La casa de los famosos México, en el que compitió con diversas personalidades de la farándula y el imaginario mexicano como Poncho de Nigris, Sergio Mayer, Nicola Porcella, Raquel Bigorra, Bárbara Torres, Mariana “La Barby” Juárez, Héctor Quijano, entre otros. Todas estas celebridades competían por la simpatía de todo el país. Nadie, pero nadie, esperaba que Wendy pudiera llegar lejos en esta competencia. Después de todo solo era una chica trans que era famosa por un video viral, además de ser parte de una comunidad violentada por el conservadurismo de nuestro país. ¿Cómo podía competir contra celebridades ya establecidas durante años en la televisión mexicana? La respuesta: con su carisma, personalidad y autenticidad.

Wendy Guevara fue la ganadora de la Casa de los famosos con 18.2 millones de votos por parte del público. Es la primera mujer trans en México y Latinoamérica en ser la ganadora de un reality show, y la segunda en todo el mundo. Más allá de lo que puedas pensar de este tipo de concursos, debemos mesurar el impacto que tuvo este suceso para la visibilidad de la comunidad trans en nuestro país, algo sumamente necesario para el desarrollo de México.

Embajadora de marca

 

Tras la Casa de los famosos todas las marcas tuvieron la mira puesta en Wendy. MAC Cosmetics, Knorr, Bachoco, Uber Eats, Helados Holanda y una infinidad de marcas más (y las que faltan por confirmar algún tipo de colaboración) han usado la imagen de la ganadora del reality para promocionar sus productos y servicios.

Este es el hecho que debemos analizar desde un punto de vista ético bajo la óptica del marketing. Por un lado, el que las marcas usen a Wendy resulta (claramente) algo positivo para ella, además de darle aún más visibilidad y representación a una de las comunidades más vulneradas en nuestro país, podríamos decir que de cierta forma se está pagando esa deuda histórica. A su vez, podríamos verlo como un testimonio de que la mentalidad de nuestro país va cambiando para mejorar, siendo más abiertos a estilos de vida no hegemónicos.

Pero si damos vuelta a la moneda, nos podemos encontrar con una serie de cuestionamientos que complejizan demasiado este tema. ¿Las marcas realmente usan la imagen de Wendy y la de las personas trans buscando representación? Podría argumentarse que ahora son objetivizadas y usadas simplemente bajo fines comerciales para beneficiar económicamente a empresas que jamás habían hecho algo por estas comunidades, y que incluso en algún momento del pasado pudieron haberlas perjudicado. Es aquí donde la memoria y los valores no existen en el marketing.

El que las marcas ahora adopten a figuras como Wendy les deja en sus manos un papel muy importante, ahora estas son parcialmente responsables de la imagen que transmitan de este tipo de comunidades y el cómo las recibirá la gente. ¿Y realmente deberían ser las marcas quienes se encarguen de esto? ¿Hay personas trans o de la comunidad en estas empresas? ¿O siguen un esquema heteronormado?

Al publicar este artículo no pretendemos dar una respuesta, porque creeme que nosotros tampoco lo sabemos. Simplemente es importante no perder de vista nuestra capacidad de análisis y cuestionar este tipo de acciones. Está bien que las empresas ganen dinero actuando a su conveniencia, es algo que pasará y seguirá pasando. Pero creo que como consumidores lo mínimo que podríamos exigirles es coherencia en sus acciones. De verdad esperamos que el caso de Wendy Guevara no traiga más que cosas positivas y que ella siga estando en la conversación que de alguna forma nos vuelva un país más respetuoso, porque por mucho tiempo parecería que como país estabamos perdidos, perdidos, perdidos.