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La industria de los juguetes es una de las más poderosas del mundo comercial, repleta de toda clase de artículos para el entretenimiento de los más pequeños, quienes encuentra en muchas ocasiones en los juguetes que marcarán su infancia algo más que sólo un medio de diversión digno de la inocencia de sus mentes, sino un modelo de inspiración que determinará en los próximos años un rol a seguir. Si un pequeño crece jugando con coches, probablemente su pasión por los vehículos se convertirá en una realidad futura que lo llevará a inmiscuirse en el mundo automotor en sus múltiples aspectos.

Aunque suene muy hetero normado, para las niñas por otro lado, el crecer jugando con muñecas, como lo es la muñeca estrella de Mattel, Barbie, ellas crecerán siguiendo este rol de empoderamiento femenino que les repite un mensaje de consistencia y metas alcanzables “ser lo que quieras ser”. Barbie representa la forma definitiva de modelo a seguir para las niñas desde hace más de 60 años, ofreciéndoles, además de interminables horas de juego, la posibilidad de soñar con ser toda clase de profesionistas mediante la inspiración misma de su muñeca, quien desde 1959 cambió la forma de interpretar la presencia de un juguete en la infancia, pasando de ser un simple medio de diversión y juego a inspirar realmente un rol a seguir en el futuro. 

Pero, así como Barbie inspira capacidades, empoderamiento y moda, también está llena de controversia y cuestionabilidad por parte de su apariencia física, pues, así como puede llegar a inspirar a una niña a ser astronauta o presidenta, también ha llegado a promover estándares de belleza dignos de la imposibilidad anatómica, que por muchos años hicieron que las niñas del mundo crecieran con ideas erróneas sobre su cuerpo en la búsqueda de alcanzar medidas imposibles y poco saludables, donde la perfección y la belleza significaban largas piernas, cabello rubio, maquillaje, piel blanca y busto prominente y cintura ajustada. Hablemos entonces de cómo la muñeca más famosa del mundo, el gran producto estrella de la juguetera Mattel, posee esta dualidad que afortunadamente hoy en día ha tomado una dirección más adecuada a nuestros tiempos. 

Una muñeca diferente

La creadora de la mítica muñeca es Ruth Handler, esposa del cofundador de Mattel Elliot Handler, a quien propusiera allá por 1959 la revolucionaria idea de una muñeca que representa la vida de una mujer adulta llena de posibilidades profesionales, desde carreras como la medicina o la enseñanza docente, hasta ser todo un icono de la moda desde entonces.  Su idea surgió cuando vio en un viaje a Alemania una muñeca más enfocada a una mujer adulta que a una niña pequeña, y por otro lado, la tendencia de su hija Barbara (de donde proviene el nombre de Barbie) de jugar con tendencias más adultas y gustar por cambiar de ropa a sus muñecas constantemente. El éxito de la idea de Ruth se daría por sí sólo, llegando a marcar un legado de muñecas que se mantiene hasta hoy en día, con más de 165 profesiones diferentes, miles de vestimentas y atuendos, vehículos, casas y otros accesorios complementarios que hacen de la marca Barbie, toda una franquicia invaluable dentro de la industria y para la cultura pop contemporánea.

Controversial figura modelo

Si bien Barbie se caracteriza por promover un espíritu en las niñas para cumplir sus sueños y metas profesionales con sus múltiples versiones y la figura de una mujer imparable en el mundo contemporáneo, este empoderamiento se vio contrarrestado a finales del siglo XX con las polémicas sobre la apariencia física de Barbie, quien poseía, además de sus rasgos caucásicos, una figura de proporciones imposibles y poco saludables, que terminaron por marcar las mentes de miles de niñas hasta entonces. Si bien Barbie inspira a romper paradigmas profesionales y de rol femenino, su apariencia contradecía lo anterior y motivaba una incongruencia que tal vez para las niñas no parecía relevante, pero que, al crecer, fue evidente que para lograr lo anterior muy probablemente también tenían que poseer la apariencia “perfecta” de Barbie, algo que terminaría por confundir a las niñas ahora adultas.

Esta incongruencia entre empoderamiento femenino y belleza terminaría por conflictuar el desarrollo de la marca y de la muñeca misma, la cual, con la entrada del nuevo milenio y los nuevos ideales sobre aceptación, diversidad e inclusión, el concepto de Barbie se vería revolucionado en gran medida. La figura clásica de Barbie cambió a una más realista, donde se agregaron más tamaños y formas corporales para darle variedad al canon realista de cuerpo humano en busca de que los niños pudiesen identificarse hoy en día con la muñeca y sus personajes. Sumado a esto, Barbie se diversifico en el tema de etnias, donde no solamente existía la Barbie caucásica y la afrodescendiente, sino que hoy existen muñecas con rasgos asiáticos, latinos y polinesios. 

La eterna controversia de una Barbie que prometía el éxito a costa de un cuerpo perfecto e inalcanzable hoy parece haber llegado a un final con las nuevas colecciones de la marca, con muñecas que incluyen a Barbie y a Ken en distintos cuerpos, profesiones, siguiendo ciertos movimientos y pertenecientes a diversas etnias. Barbie sin duda es uno de los juguetes más importantes de la historia juguetera y de la cultura popular de nuestra época, un estandarte de empoderamiento y diversidad hoy en día, que, si bien en un comienzo y en parte de su historia se vio comprometida con conceptos arcaicos y hasta machistas, hoy simboliza una herramienta para los más pequeños para creer en algo y lograrlo en un mundo lleno de posibilidades.