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Por Hugo Rocha

Esta tragicomedia ganadora a varios BAFTA’s y nominada a ocho premios de la Academia llegó a salas mexicanas para contarnos una historia muy simple en el exterior pero muy profunda en su contenido. ¿Es merecedora de tanta atención? Definitivamente, permíteme explicarte por qué.

The Banshees of Inisherin de Martin McDonagh cuenta la historia de Pádraic (Collin Farrell) y Colm (Brendan Gleeson), dos habitantes de la isla irlandesa ficticia de Inisherin. Donde un día Colm sorprende y cambia por completo la vida de Pádraic al decirle que ya no quiere ser su amigo por encontrarlo como alguien aburrido que no aporta nada a su vida. A partir de esto, Pádraic intentará recuperar su amistad con su viejo amigo, intentando entender que fue lo que hizo mal.

Esta es una historia de rompimiento que pocas veces hemos visto (o de la que al menos no tengo otro referente más que Y tu mamá también), ya que por más absurdo e inocente que parezca por fuera, en esencia es una historia desgarradora que nos hace considerar nuestros papeles en nuestras propias relaciones de amistad.

La película se sostiene por tres pilares muy fuertes: el guion, sus actuaciones y la dirección de McDonagh que funciona como los cimientos de Los Espíritus de la Isla. Vamos diseccionando estos puntos uno por uno.

El guion también escrito por Martin McDonagh funciona en primer lugar al manejar de una excelente forma el tono de la película, consiguiendo un equilibrio perfecto entre el drama y la comedia, donde uno no contrarresta al otro. Incluso logrando que los momentos absurdos se sientan verosímiles en este universo. Adicionalmente, este guion demuestra que uno de los fuertes de McDonagh es el uso de diálogos, en lo que se basa gran parte de la película y que aprovechan los actores completamente; en estos expresan ideas sobre nuestra relevancia en el planeta y otras ideas filosóficas complicadas, en la historia de dos señores peleados. Magnífico.

En cuanto a los actores, no es sorpresa para los fans de McDonagh la increíble química entre Farrell y Gleeson, quienes repiten la mancuerna después de estelarizar En Brujas. Es importante reafirmar que estos dos logran una química entre dos personajes que ya no se quieren hablar. Farrell interpreta a un idiota adorable, un hombre sencillo que sabe que no tiene mucho que aportar al mundo que intenta aferrarse a lo poco que tiene: un pedazo de tierra que a nadie le importa y a su amigo de copas. Mientras que Gleeson le da vida a un hombre mayor que intenta buscar algo de relevancia en la poca existencia que le queda, intentando omitir las distracciones de la vida. La dinámica entre ambos nos hace cuestionarnos: ¿debemos suprimir las banalidades de la vida o atesorarlas ante la idea de nuestra irrelevancia?

Y fuera de los dos protagonistas, los actores de soporte también aportan mucho a esta historia, hablando específicamente de Barry Keoghan y Kerry Condon; ambos nominados también a múltiples premios por sus interpretaciones. Que por cierto, juntos comparten una de las escenas más enternecedoras de la historia.

Finalmente, la dirección de McDonagh, quien notoriamente tiene mucho control de la historia, haciendo que cada elemento formal del filme funcionen entrelazándose mutuamente, reforzando los temas de la película. Previamente nos había mostrado su capacidad de lograr estas historias desgarradoras que tocan temas muy serios pero que a la vez son capaces de sacarnos una carcajada como fue el caso de Three Billboards Outside Ebbing, Missouri; pero sin duda se percibe una madurez de McDonagh como realizador que vuelve muy prometedora y atractiva lo que venga de su carrera.

¿Cuál es mi predicción para la nueva edición de los Oscares? Que no se llevará nada, tristemente. Pero no porque no lo merezca, sino porque las otras nominadas pueden verse favorecidas por popularidad o por el discurso político que intentará transmitir la Academia. Si algo se lleva la noche del 12 de marzo podría ser el premio a Mejor Guión, algo que estará compitiendo contra Everything Everywhere All At Once.

Pero independientemente de todo esto, dejando todas las estatuillas a un lado. Verdaderamente recomiendo que le des una oportunidad a The Banshees of Inisherin, es una de esas películas que incluso siento que merecen una segunda vista, ya que hay mucho que escarbar entre todos sus simbolismos, y sé que aún hay mucho que descubrir en esta isla.

 

Veredicto: