Retratando el México popular pre revolucionario.
Por Ángel Mora
El folclore popular mexicano tiene un icónico referente que adquiere mayor relevancia conforme el Día de Muertos se acerca. Una figura múltiples veces representada en el arte mexicano, que hoy caracteriza a una de las tradiciones más importantes de nuestro país y le ha dado identidad a todo un concepto, cuyo origen viene nada más y nada menos que del noble arte del grabado del siglo XIX. Este icónico elemento tradicional mexicano es la Catrina, la Muerte misma representada vistiendo al propio México y todos sus elementos característicos, una atrevida versión de la parca que hoy simboliza el humor mexicano hacia la muerte y representa nuestra adoración por la tradición de rendir tributo a nuestros muertos mediante el color, la fiesta, la tradición, y claro, el arte.
La Catrina, ese símbolo del México popular y tradicional, hoy nos identifica como una nación que abraza su arte y sus tradiciones más representativas, perpetuándose a pesar del paso del tiempo y su modernidad. Así como muchas otras tradiciones mexicanas, la Catrina es una mezcla de elementos prehispánicos y europeos, siendo su autor, uno de los artistas y grabadores más reconocidos de nuestro país, un experto en retratar esta mezcla popular del México del pueblo mediante su creación más icónica, la cual tiene como origen la caricatura política y el grabado.
José Guadalupe Posada probablemente no sea un nombre que les suene a todos, menos aún en nuestros días donde otras cosas parecen ser más interesantes, pero es el nombre de uno de los artistas mexicanos más importantes del siglo XIX y comienzos del XX, precursor de toda una ola de artistas que llegaron tras su partida, la cual dejaría un enorme legado cultural a nuestro país, siendo la ilustración, la caricatura y el grabado, los cimientos de lo grandes movimientos artísticos y sociales del siglo XX. Posada, nacido en Aguascalientes, pasaría inadvertido para su tiempo, pero México se encargará de colocarlo en un pedestal artístico para siempre.
Plasmando el México popular
José Guadalupe Posada nació a mitad del siglo XIX en Aguascalientes, en un México que era aún demasiado joven y desigual para probar la modernidad que llegaría años más tarde con el Porfiriato. Con un interés y habilidad para las artes y la ilustración, Posada se formará como aprendiz de grabado y litografía una vez aprendidas las habilidades de la escritura y lectura. Viviendo en el México popular, Posada tendría como principal inspiración la vida del pueblo y su gente, sus tradiciones, sus actividades y su color, algo que lo caracterizaría más tarde al denunciar la desigualdad y los abusos de la época sobre los trabajadores y el pueblo campesino en general mediante sus caricaturas políticas.
La carrera de Posada lo llevaría a experimentar el arte en todas sus presentaciones, desde la ilustración comercial hasta su propuesta ilustrativa con la que participa en revistas y periódicos ya con un característico estilo que con los años explotaría mediante el grabado. Ya en la vida adulta y con un México entrado en otra era de cambios políticos, Posada denuncia la desigualdad del México rural mediante sus caricaturas políticas, las cuales formarán parte de distintos periódicos y revistas, atacando tanto al régimen de Porfirio Diaz como a los revolucionarios que poco interés tenían en el México “real”. Su obra, si bien basta y difundida, no causaría el revuelo ni el interés que hoy posee, esto gracias a que uno de sus mas grandes fanáticos, Diego Rivera, se encargará de promover su arte, exponiendo sus maravillas que representan al México popular de una forma que solo un artista del pueblo podía lograr: tal cual era y con humor.
Precursor de las artes plásticas
Dos cosas son seguras: sin José Guadalupe Posada, el folclore popular mexicano no sería el mismo, y de igual manera, la gran ola de artistas del siglo XX abanderada por Rivera y otros muralistas y artistas plásticos, jamás hubiese ocurrido. Posada influenció a Rivera y a muchos otros grandes nombres del arte a comienzos del siglo XX, haciendo posible que el arte mexicano post revolucionario cambiará la imagen de todo un país mediante la labor creativa. Sus grabados que reflejaban el México popular del siglo XIX y denunciaban una era de desigualdad social influenciaron a los grandes artistas del muralismo a continuar dicha tarea en otros formatos más allá del grabado, forjando ese folclore mexicano característico de Siqueiros, Rivera, Kahlo, etc., donde México era color y al mismo tiempo su pueblo y sus tradiciones.
Consolidando la tradición más popular de México
Habiéndose desempeñado en la litografía, la ilustración y el grabado, los grandes legados de Posada serían su mofa política, donde el México popular entraba en escena para criticar al gobierno y sus protagonistas al tiempo que plasmaba esa vida popular llena de tradición. Sin duda, su más grande contribución a la cultura mexicana son sus calaveras, siendo la Catrina su mayor exponente. Estos grabados protagonizados por calaveras ataviadas con atuendos de época se desenvuelven en situaciones típicas del día a día popular, marcando así la fuerte presencia de la calavera, los huesos, los cráneos y la muerte como parte de la cultura mexicana.
El Día de Muertos como lo conocemos actualmente no sería el mismo sin la contribución icónica de Posada a los elementos que definen esta tradicional festividad, pues la muerte nunca estuvo tan presente en las ofrendas, siendo sus calaveras, esta vez coloridas, divertidas, humorísticas y llenas de vida y fiesta, el elemento faltante para enriquecer aún más este sincretismo mexicano.
En la actualidad vemos representado el folclore mexicano popular mediante catrinas y catrines, calaveras de azúcar y papel picado con esqueletos danzarines, sin saber que el origen de todo ello fue un grabador que murió en el anonimato de su época, pero que inspiró, cimentó y dejó las bases artísticas y culturales para forjar el arte popular del siglo XX, y con ello, terminar de consolidar toda una imagen característica del México y sus tradiciones: un llena de humor, color, crítica social y una relación especial con la Muerte.