La íntima relación entre las historias y su acompañamiento ilustrado.
Por Ángel Mora
Los libros nos ofrecen la oportunidad de hacer volar nuestra imaginación al interpretar las historias que nos cuentan sus páginas sea cual sea el género de nuestra elección. Al leer, nuestra mente interpreta lugares, sonidos, personajes y sucesos haciendo uso de la imaginación que poseemos y los datos a nuestro alcance para lograr dar forma a esas historias en nuestra mente, como si nuestra imaginación produjera una película dentro de nuestra cabeza donde nosotros decidimos, mediante la información proporcionada por el autor de la obra, cómo dar forma a las situaciones y sus personajes, siendo la versión de nuestro imaginario un producto interpretativo único y especial, pues nadie imaginara algo de la misma forma dos veces, puesto que no todos poseemos las mismas vivencias.
Esto hace que leer sea tan especial, tan propio de nuestro imaginario, más allá de una forma de entretenimiento es algo sumamente personal. Y así como nosotros depositamos nuestra creatividad al dar forma a los mundos qué leemos, los autores depositan en sus obras una visión que buscan compartir con nosotros, proporcionándonos características, rasgos, sensaciones y descripciones detalladas en su narrativa que buscan acercarnos lo más posible a lo que su idea es en realidad directamente de su imaginación.
Y aunque una buena narrativa funciona bastante bien para lograr sumergirnos en las historias, existe un recurso editorial que hace aún más amena la lectura y la enriquece de forma extraordinaria mediante el apoyo visual de un gráfico que detalla de manera ilustrativa lo que las obras describen en sí mismas. La ilustración editorial es un apoyo visual con siglos de existencia, que hoy en día hacen más bellas las obras que los poseen, ya sean historias infantiles como obras maduras. Hoy analizaremos esta extraordinaria forma de apoyar la lectura tomando como ejemplo una obra contemporánea de un autor mexicano, cuya historia, orientada a un público adolescente hace que la ilustración en la literatura funcione como un acompañamiento excelente. Conozcamos la ilustración de Timothy, de M. A. Garfias.
Los libros ilustrados
M. A. Garfias es un autor mexicano que inició su carrera con la publicación de su primera novela corta Timothy en 2016, de la mano de la casa editorial Porrúa. Además de escritor es ilustrador, razón por la cual su primer libro cuenta con una serie de ilustraciones que acompañan la historia a lo largo de sus 144 páginas. En palabras de su autor, el nos cuenta que la ilustración es algo que enriquece los libros, un acompañamiento que hace más íntima la lectura y acerca al lector a concebir una imagen específica de sus personajes y tonos, complementando la visión que lector logra concebir por ellos mismos, sumergiendo aún más su imaginación en la historia.Es esta idea, así como sus influencias literarias ilustradas, las razones que han motivado a este autor a tomar la decisión de ilustrar por su propia mano toda obra literaria de su autoría, buscando ofrecer una imagen más precisa y un tono específico a sus historias que logran empatar con la imaginación del lector y hagan algo único el deambular de sus ojos por las páginas de sus libros.
Timothy
Centrándonos en su primera obra Timothy, podemos ver como la ilustración es algo característico de la novela misma, siendo un acompañamiento en cada capítulo que resalta sucesos importantes, objetos específicos y nos muestra a su protagonista Timothy, un chico de 11 años que de un día para otro se convierte en la Muerte, con expresiones tan gráficas que lo convierten en un personaje icónico dentro de su propia obra.
Timothy como novela reúne todos los elementos necesarios para demostrar que la ilustración editorial es un recurso funcional aún hoy en día, donde la digitalización de prácticamente todo pareciera indicar lo contrario. Los libros impresos aún son tesoros únicos, y en Timothy encontramos que la ilustración hace más especiales las obras ilustradas de hoy en día. Desde su portada hasta sus interiores, el autor M. A. Garfias ha dedicado su trabajo para enriquecer la obra y convertirla en un tesoro digno de sus lectores, una declaración de que la ilustración editorial debe prevalecer hoy más que nunca.
Hoy, Garfias cuenta con una segunda obra secuela de Timothy titulada Necrópolis, la ciudad de los Muertos publicada en 2021, la cual sigue la misma tradición de su autor y posee una serie de ilustraciones que acompañan su gran extensión, siendo esta una novela más larga y un poco más madura en comparación con los tintes infantiles que rodean a Timothy. Ambas obras mantienen viva su promesa de hacer de la ilustración un elemento digno de admirarse en la literatura contemporánea, que sirva tanto como apoyo gráfico como para embellecer y hacer especial una historia digna de conocerse en nuestros días.