Por Valeria Echeagaray
La rotulación es el arte encargado de diseñar, dibujar y pintar letras y números bajo una estandarización. Surgió en el siglo XIX gracias a C. W. Reinhardt, pero, llegó en el siglo XX a México para quedarse y volverse parte de la tradición y cultura popular.
Es común encontrarlos en los muros de negocios como carnicerías, tlapalerías, panaderías, cerrajerías, estéticas y puestos de comida, principalmente en las grandes ciudades del país.
El auge del rotulismo
Al finalizar la Revolución, surgieron empresas y comercios locales, que, al tener la necesidad de publicidad recurrieron a los rótulos para dar a conocer sus productos al público mediante un sello personal. Con el crecimiento de una sociedad de consumo en México, el diseño publicitario de convirtió en algo esencial y con ello la rotulación creció a tal nivel, que se convirtió en parte esencial de la cultura visual del país.
Este oficio ha sido herencia de generación en generación, las personas lo han aprendido a través de su familia (muchas veces con un conocimiento más práctico que teórico), y lo han perfeccionado mediante estudios de diseño publicitario y de dibujo técnico,
El declive y el paso al diseño digital
Con el crecimiento del diseño digital en el mundo gracias a los cambios tecnológicos y económicos, el rotulismo en un arte que se ha estado perdiendo poco a poco, ya que se han encontrado formas más sencillas, económicas y rápidas de poder crear publicidad, al grado de que, en el país, quedan pocos maestros rotulistas y los que quedan se han tenido que adaptar su trabajo y conocimientos a otras formas de producción.
Un ejemplo de la situación que está pasando este oficio es el de la Alcadía Cuauhtémoc, en la que hace unos meses comenzó la llamada “Jornada Integral del Mejoramiento del Entorno Urbano”. Con esta iniciativa pretenden pintar 1493 puestos metálicos (el 99% de los que hay en la alcaldía), borrando los rótulos que representaban a estos negocios y así lograr un “mejoramiento visual”. A través de un comunicado declararon que “la identidad social es el sentido de pertenencia que tiene el individuo en el entorno en que convive”, es por esto que la iniciativa no solo era pintar los puestos, sino buscar un “orden y limpieza” en el lugar, ya que son “contaminación visual” que trae consigo descuido de la zona. A partir de esto se han manifestado y surgido colectivos en defensa de esto, como lo es la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (rechida), que en su cuenta de Instagram manifestaron:
“Los rótulos son mucho más que diseños bonitos o chistosos. Son memoria visual y lenguaje histórico de CDMX (…) Lo de los rótulos es nada más un ejemplo de la importancia de valorar la cultura popular, y nunca tomarlo por hecho”.
Gráfica popular mexicana
Los rótulos están llenos de color, tipografías variadas, algunos con toques de humor e ilustraciones. Atraen la mirada de quiénes pasan por la zona, mediante mensajes claros, funcionales y atractivos, y así surgen nuevos clientes.
Mientras más pasan los años, los rótulos, se han vuelto parte importante de la cultura mexicana, ya sean sobre muros, puestos, láminas o lonas, se han convertido en parte esencial de una zona en específico y de su cultura visual.