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El realismo gráfico en el cómic. 

 

El mundo del cómic es sin duda cuna de artistas por excelencia, que más allá de solamente ilustrar viñetas para dotar de una representación gráfica a la historia, se aseguran de que su talento y estilo cuente y aporte de la misma manera a la historia que estamos degustando entre páginas y grapas. Si bien existen de estilos a estilos, unos más elaborados que otros, los artistas de cómic son tan importantes como cualquier pintor, ilustrador o diseñador, pues su propuesta siempre va más allá de llenar un cuadro con una escena y globos de diálogo, sino que representa una tonalidad, un momento, un carácter, y un estilo propio que se adecua a la perfección con la historia y sus personajes. 

La industria de las historietas varía tanto en géneros como en estilos, de sellos editoriales a escritores y artistas de la ilustración que hacen de este entretenimiento gráfico y editorial una de las fuentes más demandadas por los amantes de los superhéroes hoy en día. Desde hace algunas décadas, el liderazgo de la industria lo han disputado las grandes casas del cómic como Marvel y DC, y en esta disputa han nacido tanto superhéroes y villanos como grandes ilustradores y escritores, destacando de los primeros nombres como John Romita, Frank Miller, Jim Lee, y por supuesto el capo Alex Ross. Y aunque todos los grandes hoy aportan y mantienen a esta industria más viva que nunca, Ross parece ser un caso diferente, cuyo estilo extremadamente realista y alta atención al detalle cambió en la década de los 90 la forma de ilustrar superhéroes mucho antes de que estas míticas figuras pudiesen ser concebidas en carne y hueso como hoy estamos acostumbrados a ver en pantalla. Alex Ross cambió el arte en el cómic para siempre. 

Maestro del realismo

Nacido en 1970, Alex Ross heredó muy probablemente el amor y la habilidad artística de su madre, una diseñadora de modas, de la cual aprendería el arte de la pintura acrílica. Su carrera profesional pronto lo llevaría a trabajar en la industria del cómic norteamericano teniendo su debut en la editorial Now Comics con un trabajo transmedia de la saga Terminator, ilustrando la serie “Terminator: The Burning Earth”. Pronto su nombre y estilo llamará la atención dentro de una de las grandes casas editoriales del cómic, Marvel, donde participó en primer lugar en un proyecto que nunca vio la luz, para después ver nacer una de sus obras maestras que hoy es considerada todo un clásico de las viñetas: Marvels (1994).

Su arte y habilidad llevaría a Ross a trabajar en interiores y portadas dentro de la editorial, haciéndose de un renombre dentro del medio más que merecido. Finalmente, la oportunidad de consolidarse llegó cuando DC lo solicita para trabajar en un proyecto, el cual Ross decidió sería Kingdom Come (1996), otro gran clásico del cómic que tiene como distintivo el hiperrealismo gráfico de Ross. Sus grandes aportaciones a ambas editoriales y otros trabajos externos como portadista y artista visual en publicidad geek llevaron a Ross a convertirse en uno de los artistas más solicitados dentro de la industria llegado el nuevo milenio, fama que hoy en día mantiene tanto como su agenda llena, ilustrando portadas variantes y de colección, promocionales de videojuegos, entre otros trabajos que requieren un estilo revolucionario. 

Estilo hiperrealista

Hoy, el arte digital y otros medios nos han permitido ver a nuestros héroes favoritos de forma realista sin ningún problema, pero esto no siempre fue así. La llegada de Alex Ross a la industria hizo posible que pudiésemos concebir en volumen y a detalle de texturas a los superhéroes más famosos de Marvel, DC, McFarlane, etc., mediante el realismo gráfico que la pintura acrílica de Ross tenía (y tiene) para ofrecer. El estilo de Ross revolucionó la industria y agito la percepción de los consumidores de cómics mediante su realismo, la atención minuciosa del detalle y el cambio drástico de caricaturas 2D a ilustraciones cuidadosamente elaboradas que dotaban de volumen fotorrealista a personajes como Iron Man, Spider-Man, Superman o The Flash.  

El estilo de Ross se caracteriza por aplicar la pintura acrílica y el gouache en un formato como lo es el comic, aplicando detalle como texturas, pliegues, porosidad, volumen, luces y sombras, que dan a los personajes y entornos una apariencia que roza ligeramente con la realidad, algo que hasta entonces no se había visto nunca en las viñetas de un cómic. Hoy su técnica y realismo se mantienen más pulidos que nunca, sobreponiéndose al arte digital que, si bien logra efectos sorprendentes, quedan muy por debajo del arte tradicional de un genio del trazo como lo es Ross.

Este artista hoy se mantiene más ocupado que nunca, con una agenda llena que va desde el trabajo de portadas especiales, hasta artes originales para videojuegos y promocionales de películas y series. Con un oficio que le demanda suma atención, Ross aparece poco en medios, siendo el poco material existente un deleite para contemplar su trabajo y su proceso creativo. Somos privilegiados de poder admirar el trabajo de esta leyenda viva hoy en día, pues no en todas las generaciones podemos disfrutar de un arte tan exquisito y detallado como lo es el de este genio del realismo gráfico que hizo reales a los superhéroes más famosos antes que nadie.