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Promocionando juguetes mediante tus programas de televisión favoritos. 

 

La nostalgia está en todas partes hoy en día, y para quienes añoramos nuestros mejores días allá por los noventa, el uso que la mercadotecnia hace de este factor nostálgico para publicitar cualquier cosa nos hace caer fácilmente en las emociones que esto nos evoca en automático. Para quienes crecimos a finales del siglo pasado, ver cómo las marcas traen de vuelta a personajes y series que marcaron nuestra infancia en toda clase de productos nos han convertido en consumidores fáciles que se dejan llevar por la nostalgia de poseer nuevamente a estos personajes que marcaron una etapa que emocionalmente nos lleva a un lugar feliz y de paz donde nada más importaba.

Recordando esa época, podemos caer en cuenta de cómo entonces la publicidad ya hacía de las suyas respecto a los más chicos de la época, puesto que somos una generación que, sin saberlo, crecimos siendo consumidores de la transmedia de los juguetes más populares de la época, los cuales, sustentaron toda su promoción mediante otros medios, como lo fueron las propias series, caricaturas y animes que daban sentido a la existencia de figuras de acción, juegos de cartas y hasta videojuegos. Sabemos que los 80s y los 90s se caracterizaron por proveer a nuestra generación una serie de joyas de la cultura pop millennial que sin duda marcaron nuestra infancia de juegos como ninguna otra, especialmente en el factor televisivo, que, sin lugar a duda, tuvo una fuerte influencia en nuestra vida temprana.

Pero ¿a qué nos referimos con esto de la Transmedia de los juguetes? Pues básicamente al fenómeno que vivimos de primera mano cuando éramos solo unos pequeños que amábamos ver televisión, y posteriormente, jugar con los juguetes de nuestras series y caricaturas favoritas. Pues eso es precisamente la transmedia, la capacidad que tienen algunos productos de sustentar su existencia en diversos medios ya sea para contar una historia como para dar sentido al producto en promoción, como fue el caso de muchos juguetes millennials, cuya característica principal fue poseer una serie, caricatura o anime detrás que sirvió para promocionarlos en el mercado por medio de un producto audiovisual. Si te suena familiar poseer un juguete que tenía su propia serie o que al ver un anime quisiste poseer su versión jugable, creciste bajo los efectos de la transmedia juguetera. 

Transmedia nostálgica

Si creciste a finales de los 80s o en plena década de los 90s, probablemente la televisión fue parte de tu crianza, misma que se encargó de cultivar ese buen gusto en serie, caricaturas y anime, ya para entonces bastante popular en México. Si fue así, entonces entre tus juguetes, ya fuese original o bootleg, contabas con algún personaje de dichos programas televisivos, siendo esta la principal función de gran parte de los productos audiovisuales dirigidos a jóvenes de la época, donde más que crear una serie de entretenimiento (que pasaría a la historia de igual manera), la intención era sustentar la existencia de las figuras de acción, muñecas, juegos de cartas y toda clase de juguetes que en la televisión mostraban en acción a sus personaje, y que para deleite de todo niño millennial, podrían ser jugables en nuestra propia habitación. 

Este fenómeno, conocido como transmedia, garantiza la promoción de juguetes de todo tipo mediante la gran maravilla que fue la televisión, donde proyectar la serie o caricatura que daba vida a personajes como los X-Men o Batman, garantiza la venta de sus figuras de acción de forma automática. El tiempo haría que esta forma de promocionar juguetes se volviese más evidente con la llegada de programas como Yu-gi-oh, el famoso anime que mostraba un juego de cartas que terminó por abarrotar toda casa mexicana, o los famosos Max Steel, figuras de acción multifacéticas (al estilo barbie), que contaba con su propia serie con miras a mantener el juguete en tendencia mediante la televisión.

Joyas de la infancia

Series como Pokemon, Digimon, Yu-gi-oh!, Las Tortugas Ninja, Max Steel, Gárgolas, He-Man, Thundercats, Transformers, y claro, los Power Rangers, fueron algunas de las series transmedia que buscaban difundir juguetes mediante su formato audiovisual, muchas de las cuales pasarían a ser incluso más relevantes que el producto en cuestión gracias a su popularidad y lo que terminaron representando para toda una generación. 

La transmedia no es propia de la televisión, sino un recurso que pueden utilizar otros medios como el cine, la literatura, el cómic o los videojuegos para contar una historia mediante diferentes formatos, productos o partes, armando un universo transmedia tanto como sea posible. A muchos les gusto, a otros no tanto (como suele pasar con Star Wars), pero no podemos negar como puede resultar bastante útil al momento de proporcionar juguetes al mero estilo noventero, garantizando así el consumo de figuras, videojuegos y card games mediante una buena serie, justo como la vieja escuela.