Una de las formas de expresión más antiguas de la humanidad.
El ser humano, ya sea en comunidad o de manera individual, ha buscado a lo largo de la historia expresar quién es ante el mundo. Manifestar mediante determinadas formas su sentido de pertenencia o de identidad ante el resto de sus iguales ha sido una constante de nuestra especie a lo largo de los siglos, una que aún hoy en día seguimos utilizando. La forma en que vestimos, el estilo y color de nuestro cabello, la forma en que andamos o hablamos, y cómo llegamos a modificar incluso nuestro cuerpo, son maneras de comunicar a los que nos rodean quienes somos, que profesamos, que creemos, que nos gusta, y que pretendemos hacer en este mundo tan diverso.
Dentro de este curioso fenómeno tan humano, destacan las formas en que expresamos quiénes somos mediante la modificación corporal, ya sea en mayor o menor medida. Usar piercings, perforar nuestros lóbulos, y claro, poner tinta en nuestra piel de forma permanente, son algunos recursos que indican al mundo nuestro sentir, nuestra historia, mensajes que sólo de esta forma somos capaces de comunicar, muchos de ellos aún estigmatizados por la sociedad contemporánea.
Los tatuajes resultan ser una manera de expresarnos sumamente fuerte, llena de propósito y peso al tratarse de algo permanente que nos acompañará toda la vida, por lo que depositarlos en nuestro cuerpo resulta ser una apuesta completamente segura para determinar quiénes somos y mantener ese sentimiento toda la vida. Tanto una forma de expresión como todo un arte contemporáneo, el tatuaje hoy forma parte de nuestras sociedades con más libertad y aceptación, pero esta noble forma de expresión lleva con el ser humano poco más de 5 mil años, expresando pertenencia, religión, comunidad, ideología, control, y personalidad por parte de su portador.
Tinta en la piel
Hoy en día, el tatuaje es sumamente popular, con estadísticas que indican que alrededor del 30% de la población mundial cuenta con uno y varios tatuajes en su cuerpo. Si bien para muchos esta forma de expresión es un ritual sagrado y para otros una mera tendencia popular que hay que implementar cuando jóvenes, el tatuaje lleva en la historia de la humanidad alrededor de cinco mil años. Los vestigios más antiguos indican que el tatuaje en la antigüedad era utilizado para indicar pertenencia a una tribu, región o comunidad, así como jerarquía dentro de estas sociedades. Su uso también se diversifica como amuleto de protección con fines religiosos (Egipto), dentro de ceremonias o festividades como ornamento especial (hinduismo), o como accesorio de guerra en busca de intimidar enemigos en batalla, algo muy común en las tribus Polinesias.
Variando en usos, costumbres y regiones alrededor del mundo, el tatuaje de la antigüedad siempre busco el mismo propósito, comunicar y expresar algo que su portador deseaba manifestar ante otros, siendo su evolución a nuestros días tan variada pero que mantiene el mismo fin: expresar nuestra personalidad, ideas y pertenencia, sólo que esta vez, existe una libertad más amplia de formas, figuras y simbolismos para hacerlo, una que ha convertido al tatuaje en todo un arte lleno de significado, talento y pasión.
El tatuaje como un arte
El tatuaje contemporáneo representa una de las formas de expresión artísticas más importantes de nuestra era, una forma de arte tan variada en cuanto a estilos, formas de aplicarse y que hoy adquiere mayor aceptación respecto a los prejuicios que otros tiempos rodeaban al arte en la piel. Prácticamente cualquier diseño es válido para aplicarse en la piel, variando en formas, simbolismos, colores y significados, existiendo una amplia gama de estilos que dan forma al mundo del tatuaje.
El tatuaje contemporáneo como arte radica su popularidad principalmente en sus estilos. Si bien los propósitos son variados, desde una simple muestra de amor hasta demostrar la pertenencia dentro del mundo criminal, los estilos van desde el Old School, que se inspira en los primeros tatuajes de marineros y sus simbologías (anclas, barcos, etc), al New School, que se caracteriza por un estilo más dinámico, variado y caricaturizado. Dentro de los estilos más famosos de tatuaje tenemos el Puntillismo, Blanco y Negro, Tradicional Japonés, Ornamental, Brush, entre otros, que ofrecen una variedad amplia de elección. En cuanto a símbolos populares, el tatuaje está repleto de formas que comúnmente se repiten por su significado, destacando los corazones, naipes, navajas o cuchillos, aves como la golondrina, el gorrión o el fénix, las rosas o las cruces.
Un tatuaje ofrece la oportunidad de expresar la personalidad mediante un diseño sumamente artístico y detallado que manifieste un sentir, emociones, un recuerdo o una declaración o mantra que acompañará a su portador durante toda su vida. SI bien aún existen prejuicios asociados al uso de tatuaje y a sus portadores por relacionarlos tanto con el mundo criminales (mafia) como por ser un distintivo de delincuentes (debido a su popularidad en el bajo mundo de las sociedades), hoy en día su aceptación ha crecido de manera exponencial, dejando de ser un motivo de rechazo por la sociedad, las empresas y ciertos grupos al entender que, más que representar algo malicioso, simplemente demuestra un sentir de forma artista en la piel.