Prolongando lo improlongable.
En la más sincera opinión de quien escribe este artículo, la franquicia protagonizada por Vin Diesel con más de 20 años de historia llega a niveles que muchos concordarán, ridículos. Si bien sus primeras entregas, que se concentraban en historias en torno a las carreras clandestinas, coches, y una trama de suspenso y acción mínima, funcionaban para audiencias dosmileras que encontraban en estas películas algo icónico de la época. Hoy, las 10 entregas existentes, que incluyen un spin off, parecen no tener final, dejando de lado lo que alguna vez fue este concepto y abordando una acción que lejos está de lo que alguna vez fue Rápido y Furioso.
Si, entendemos que esto es lo que vende, y que a muchos allá afuera les encanta ver este tipo de cine de explosiones y coches realizando maniobras disparatadas, pero hay que saber cuándo parar y cerrar una franquicia con honor. Diesel y sus compañeros debieron aprovechar el momento en el que lamentablemente perdieron a una de sus estrellas, el gran Paul Walker, para detener esta serie, pero contrario a eso y con motivaciones diversas, esta franquicia siguió para llegar a su décima entrega canónica donde vemos de todo, menos lo que fue en un inicio.
Rápido y Furioso comenzó retratando la vida de corredores clandestinos que se dedicaban al robo de partes, concepto que funcionaba en su época pero que el tiempo hizo que transmuta a algo más. Hoy vemos como se pretende hacer de esta franquicia una sustentada por la frase “Familia”, los guiños a sus primeras entregas, y coches que pocos sostienen una historia llena de inconsistencias, donde lo único que suma, y tal vez mantiene a la saga, es la adición de actores como John cena, Brie Larson, Jason Statham, The Rock y últimamente Jason Momoa, el villano de su más reciente entrega.
¿Familia?
Esta saga vende, y vende bien, de lo contrario se habría detenido con el fallecimiento de Paul Walker y ese posible final en su séptima entrega. Pero no sucedió. Tal vez el espectro comercial fue más grande que dejar por la paz este proyecto en honor a un amigo, o la ambición de Universal se antepuso buscando conciliar lo inconciliable. Sus personajes, después de 20 años de verlos en pantalla, se han vuelto icónicos para sus fans, los coches, que rara vez aparecen y solo como referencia, no logran reavivar el mismo feeling de la saga, y Vin Diesel, el famoso Toretto, hoy parece más bien un símbolo de necedad a un capo de la industria de las películas de acción.
Su décima película, undécima en la saga general, y penúltima entrega (a ver si es cierto), llega este mes a las pantallas, trayendo consigo otra historia que saca de la manga villanos, situaciones y momentos de películas anteriores, como quien escarba la tierra en busca del hilo que pueda tirar para generar más dinero. Sin interés en ello, le deseamos el mayor de los éxitos a esta saga que esperamos termine pronto, porque en un mundo de remakes, reboots, secuelas, y adaptaciones, no queda más que orar porque estas franquicias lleguen a su fin por el bien de todos.