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Los personajes de A. A. Milne dejarán de ser adorables este 2023

 

Por Ángel Garfias

Poco pensamos en la importancia de los derechos de autor respecto a las obras originales para su adaptación, tales como libros, videojuegos, comics o personajes específicos que se encuentran, por un determinado tiempo, bajo la protección de leyes sobre la propiedad intelectual de su autor, pero a que, a su muerte, pueden quedar en la incertidumbre de un posible uso futuro por terceros. En México, la vigencia de los derechos de autor cubre la vida del autor y 100 años posteriores a su muerte, por lo que la propiedad intelectual de las obras literarias es bastante extensa en nuestro país.

Por otro lado, tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, la vigencia tras la muerte del autor es de 70 años, por lo que en la actualidad muchas obras literarias surgidas en el siglo pasado pasarán a ser parte del dominio público, lo que representa una oportunidad para muchas entidades de aprovechar dicho material, en especial dentro del mundo del entretenimiento. El caso más reciente de este fenómeno es el de Winnie The Pooh y sus personajes, obra creada por el autor británico A. A. Milne, cuyo trabajo literario trajo por primera vez las historias del oso amante de la miel y sus amigos Piglet, Conejo y Tigger. Pues estos adorables personajes, que por muchos años fueron parte de la infancia de muchos (y propiedad de Disney), están a punto de convertirse en algo… sangriento. 

Disney y sus personajes

Disney es la entidad más poderosa respecto a personajes y derechos de adaptación en la actualidad, una marca que cuenta con cientos de personajes a su disposición, así como los derechos de decenas de obras literarias, desde lo más clásico a lo más moderno. Entre estos tesoros, Disney poseía (si, pasado) los derechos de la obra de Milne, creador de Winnie The Pooh, por lo que personajes tan queridos como Piglet, Igor, Tigger y su compañero humano Christopher Robin formaron parte del universo de la empresa de Mickey Mouse, siendo adaptados en múltiples ocasiones para cine y televisión, y claro, merchandising.  

A pesar de este paraíso de uso libre y legal de estos personajes y su mundo, la legalidad ha puesto fin a los 70 años estipulados por las leyes tanto británicas (de donde es el autor), como estadounidenses, que finalizaron en 2022 la vigencia de exclusividad por parte de Disney al uso de este material literario y comenzaron a ser del dominio público. Con esto, Disney ya no posee el privilegio de ser el único propietario de los personajes de Milne, sino que hoy, cualquiera que lo desee puede hacer uso de Winnie The Pooh como le plazca, algo que muchos ya comienzan a aprovechar, siendo el más destacado de estos casos, su próximo adaptación cinematográfica llena de sangre y terror.

Sangre y miel

Recordar a Winnie Pooh y a sus amigos en el bosque de los cien acres pronto se convertirá en algo digno de nuestra infancia solamente, puesto que la adaptación que aprovecha el vencimiento de los derechos de autor de Milne tiene como propuesta una historia bastante alejada de la amistad, la fábula y la ternura de los personajes originales, reemplazándolos por un slasher digno de Michael Myers o Jason. Winnie The Pooh: blood and honey es el filme con el que Rhys Waterfield, su director, planea convertir al osito amante de la miel en un sangriento homicida enmascarado en 2023.

La historia planea establecer a un Winnie The Pooh y Piglet completamente salvajes y sedientos de sangre, pues tras el abandono de Christopher Robin, han tenido que recurrir a sus orígenes animales para sobrevivir, y esto significa, matar. En una carnicería al puro estilo slasher, Winnie The Pooh Blood and Honey impactará a las audiencias este mes de febrero con la persecución de adolescentes, asesinatos, sangre, y un Winnie Pooh completamente homicida. 

Si bien esta realidad no le puede gustar a Disney (quienes ya tienen bastante porque preocuparse con el inminente vencimiento de los derechos de su figura más famosa en 2024, Mickey Mouse), la liberación de los derechos le permite a todo creativo utilizar a los personajes a su conveniencia, exceptuando claro, el diseño que Disney utilizó para su adaptación, ya que eso sigue siendo propiedad de la marca. De cara a una época de cientos de licencia liberadas dentro del mundo literario, no nos imaginamos lo que podría aparecer en pantalla en los próximos años, pues Winnie The Pooh Blood and Honey ya nos da una idea insana de lo que podría sucederle a obras desprotegidas.