Por Andrea Hernández
La semana pasada se celebró la fashion week del 2023 en París, en donde nuevamente, las grandes casas de moda presentan nuevas colecciones con toda una experiencia teatral, como fue la intención de Schiaparelli.
El director creativo, Roseberry, comentó que este desfile estaba inspirado en el Infierno de Dante Alighieri, como una referencia a la incertidumbre y al mismo infierno que él como diseñador debe enfrentarse cuando atraviesa este proceso creativo. De entre todos los diseños, sólo 3 fueron los que acapararon todos los medios, siendo 2 vestidos y un traje sastre que tienen como elemento clave cabezas de león, leopardo y lobo que representaban a la lujuria, el orgullo y la avaricia de la ya mencionada obra.
Estas cabezas, por más reales que parecen, están esculpidas y pintadas a mano, hechas de resina, lana, espuma, seda y más materiales que agregan un realismo impresionante y que, sin ser la intención de Roseberry, terminó desatando una polémica.
Este desfile en específico, captó a los medios gracias a Doja Cat, quien para asistir al evento lució más de 30,000 cristales rojos pegados a su cabeza, brazos, cuello y párpados, así como Kylie Jenner, quien directamente usó uno de los diseños de Schiaparelli, específicamente el de el león, el cuál posteriormente se volvería objeto de debate.
Más que creer que las cabezas eran reales o no, la polémica comenzó cuando se cuestionaban el por qué usar cabezas de animales en peligro de extinción gracias a la caza, como si se tratara de un trofeo, glorificando esta actividad cuando por muchos años, se han llevado movimiento y causas en contra de ella, agregando a esto también la crítica a las grandes marcas por usar piel para zapatos, ropa y bolsos, argumentando que esto sería solo un paso más allá para comenzar a llevar las cabezas como un simple accesorio.
Leyendo el contexto y la inspiración detrás del desfile, podemos saber que la intención de Roseberry no estaba ni de cerca a querer glorificar la cacería. También es un hecho que la misma prensa y usuarios de redes sociales como Instagram y Tiktok viralizaron este desfile sin dar o leer más acerca de qué trataba, recordándonos (otra vez) que no podemos emitir un juicio sin saber todo lo que hay detrás. Sin embargo, al ser un evento con gran difusión, que lleva meses de preparación y con todo un equipo creativo detrás, este tipo de conflictos se debió tomar en cuenta para poder explicar mejor la inspiración desde antes del desfile y que cuando las fotos vieran la luz, el contexto también fuera conocido.
Aún así, con eventos tan mediáticos y con meses de preparación, no podemos evitar preguntarnos si la intención detrás de todo esto era realmente escandalizar a cierto grupo de personas y aprovechar la viralidad, pues debemos aceptar que el nombre de Schiaparelli resaltó entre otros que también estuvieron en la semana de la moda. Si se ejecutó bien o mal, una realidad es que ahora muchos pudimos conocer el nombre de esta casa de modas gracias a esta creación y que este momento pasará a ser uno de los momentos más icónicos del mundo de la moda en 2023.
¿Roseberry debió usar otro tipo de diseños para hacer realidad su infierno? Tal vez, pero en el arte todo es subjetivo, y al final, los desfiles no son sólo para mostrarnos ropa o zapatos, hay todo un concepto detrás del evento que debe justificar el por qué de estas prendas y es por esto que en muchas ocasiones estos artículos ni siquiera se encuentran a la venta. Mientras sabemos más sobre Schiaparelli y sus próximos proyectos, debemos saber que dentro de todo lo malo de esta industria también hay una forma de expresión y que esto nos hará ver con otros ojos los futuros desfiles.