Una de las técnicas de animación más antiguas y admiradas de la historia.
Por Ángel Mora
La historia del cine se remonta hasta el siglo XIX, donde los primeros acercamientos a este entretenimiento no eran más que proyecciones de eventos cotidianos filmados que lograban sorprender y maravillar a sus tempranas audiencias. Con el paso del tiempo, las técnicas de filmación fueron evolucionando con el desarrollo de nuevas cámaras y modalidades para hacer cine, con lo cual aparecieron los primeros ejemplos de animación en el mundo del cine, siendo estos primeros intentos de animar objetos inanimados de uso común y otras figuras toda una maravilla para sus espectadores, haciendo hasta mágica esta modalidad de animación cuadro por cuadro, donde cada fotograma era un movimiento, que al reproducirse en serie, lograban dar vida a cualquier cosa, logrando algo hasta entonces innovador.
La era moderna ha traído consigo nuevos métodos para realizar cine, con tecnologías tan avanzadas que hacen de la técnica stop motion algo meramente artístico y un tanto menos impresionante, pues la llegada del CGI y la animación por computadora hacen del cine moderno un medio conquistado por la tecnología digital. A pesar de esto, el stop motion no ha dejado de ser parte del cine actual, siendo un elemento bastante querido y admirado por los realizadores y sus audiencias, puesto que la complejidad de su implementación y lo artesanal de su realización, lo convierten en algo sumamente interesante de admirar y consumir, estando cada vez más presente en la industria moderna.
Con grandes clásicos del cine representando esta legendaria técnica de animación, muchos de ellos llenos de la fantasía y la magia que sólo esta técnica podría nutrir por su característica apariencia, el stop motion es todo un referente del trabajo artístico que puede lograrse en productos audiovisuales ya sea en menor o mayor escala, más aún, cuando las grandes mentes creativas del cine moderno toman la batuta de estos proyectos logrando cosas increíbles. Repasemos el legado de esta mágica técnica cuadro por cuadro.
Animando lo inanimado
La magia del stop motion es tan sencilla como compleja. Parte de la acción de capturar tomas cuadro por cuadro o fotograma por fotograma, las cuales, al reproducirse a cierta velocidad, hacen de lo inanimado un ente en movimiento ante nuestros ojos. La magia proviene cuando algo tan simple puede llegar a ser toda una maravilla visual gracias a un excelente trabajo artístico detrás de sus componentes y claro, una buena historia que sustente y potencialice el trabajo artístico de sus creadores.
Su complejidad radica en lo minucioso que es el trabajo de tras de su técnica. Animar en stop motion requiere precisión y mucha paciencia, pues un buen cuadro por cuadro bien implementado necesita de cierto número de frames (tomas) por segundo, 24 como mínimo, las cuales hacen que los movimientos en pantalla se vean y se sientan lo más naturales posibles ante nuestros ojos. En la actualidad esta técnica ha evolucionado tanto que incluso resulta difícil diferenciar un stop motion de una animación 3D por computadora, pues las cámaras, los mecanismos y soportes, esqueletos, procesos y animadores detrás de cada proyecto han aprendido el oficio, perfeccionándose hasta llegar a la cúspide de la técnica, con grandes estudios como Laika dominando la escena del cuadro por cuadro en la industria.
Creando un legado en el cine
Ya conociendo un poco más de esta técnica, podrías ser capaz de identificar producciones animadas por este tipo de realización, como lo pueden ser grandes clásicos del cine contemporáneo como las grandes obras de Henry Selick: Nightmare Before Christmas, Coraline y Jim y el Durazno Gigante; o más sombrías como las de Tim Burton: Corpse Bride, Frankenweenie o su cortometraje Vincent. Laika, mencionado anteriormente, es hoy un reconocido estudio dedicado enteramente a este tipo de producciones, destacando de su catálogo nuevos clásicos como ParaNorman, Boxtrolls y Kubo and the Two Strings, siendo sus técnicas de las más impecables de la industria actual.
Otro gran participe de este artístico método para hacer cine es Wes Anderson, reconocido por una fuerte presencia artística y creativa en sus producciones, haciendo de sus stop motion Fantastic Mr. Fox y Isle of Dogs, joyas del género que maravillan por una propuesta visual interesante y artística sumada a una excelente ejecución de la técnica. Y claro, si hablamos de Stop Motion debemos mencionar a uno de los grandes precursores de esta técnica en el cine moderno, quien inspirará a todos los cineastas modernos dedicados a esta técnica con obras memorables como Simbad y la princesa, Jason y los argonautas y Furia de Titanes. Nos referimos al gran Ray Harryhausen, cineasta amante de los monstruos y los efectos especiales, ganador del Oscar a mejores efectos especiales en 1949, cuyo legado ha contribuido a forjar todo un género mítico dentro de la industria cinematográfica moderna.
Técnica repleta de arte
El Stop Motion ofrece la posibilidad de implementar un trabajo artístico y manual sin restricciones, algo que enriquece este tipo de producciones de una manera increíble debido a la cantidad de detalles que estos filmes pueden tener, ya sea en la creación de escenarios, personajes, vestuario, decoración y su concepto en general. El éxito de muchos filmes de este género radica principalmente en su concepto visual, el cual suele marcar la producción, ya sea cortometraje o un filme en todo sentido, destacándose de otras obras de técnica similar, por lo cual, el stop motion se ha convertido en una forma interesante para la realización en tiempos modernos, donde lo nostálgico adquiere gran relevancia, y que mejor que implementar una técnica que evoca a tiempos pasados en cuanto al cine se refiere, convirtiendo al cuadro por cuadro algo completamente vintage, y lo vintage es hoy todo un atractivo visual.
Creativo, detallista, complejo y sumamente artístico, el stop motion es todo un deleite audiovisual de nuestros días, algo tan interesante de ver y experimentar que no hace más que enriquecer la maravillosa industria cinematográfica actual. Erróneamente asociado como género infantil, el stop motion es mucho más que eso, es una de las más bellas formas de hacer cine, depositando en toda producción de esta índole todo un espíritu creativo que solo esta técnica es capaz de ofrecer.