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Las artes gráficas del mundo de Harry Potter llevadas a otro nivel.

 

Por Ángel Mora

En el mundo moderno, el diseño gráfico es visto, por aquellos que desconocen su verdadera importancia y valor profesional, como una disciplina de poca relevancia en la sociedad en comparación con profesiones como la industria médica, las leyes, el comercio, etc. Se ignora mucho de la real contribución del diseño gráfico para moldear el mundo moderno, siendo esta una de las profesiones creativas que más presencia tiene en nuestro día a día. El diseño de la etiqueta de tu bebida, el logotipo de ese coche que ves en la calle, o el póster publicitario que anuncia la película que verás en el cine, son solo pocos ejemplos de la presencia de las artes gráficas en nuestro día a día, sin las cuales, nuestro mundo sería completamente diferente.

Partiendo de este contexto, el diseño gráfico como profesión está relegado a algo de menor importancia, un sin sentido puesto que sin el diseño la actividad humana sería imposible. La idea de que el diseñador gráfico solamente hace logos, anuncios y tarjetas de presentación es absurda si se conoce su importancia en las industrias creativas, donde las artes gráficas son capaces de incluso moldear y sustentar todo un mundo de ficción cuando es aplicada a una de las industrias más importantes del mundo del entretenimiento: la cinematográfica.

Harry Potter es el ejemplo perfecto de cómo el diseño gráfico adquiere otro significado y logra sustentar este mundo repleto de magia mediante el material gráfico perceptible en él, siendo tan icónico que hoy ha logrado pasar de la pantalla al mundo real mediante la iniciativa de sus autores, Minaphora Mina y Eduardo Lima, dos diseñadores gráfico que cambiaron el concepto de diseño gráfico gracias a su extraordinaria participación en el fenómeno literario y cinematográfico del siglo XXI, la saga del aprendiz de brujo, Harry Potter.

Diseñando el Mundo Mágico de Rowling

En 2001, Harry Potter y la piedra filosofal cambiaron el cine moderno para siempre, consolidando el fenómeno mundial en el que se convertiría la saga literaria ahora adaptada a la gran pantalla. Las historias de J K Rowling, repletas de contenido mágico y creativo, debían ser adaptadas para ser contempladas en una versión fílmica que refleja su concepto e identidad ante el mundo, tarea que su departamento de arte debía sustentar en gran medida pues, así como otras grandes sagas de ficción y fantasía, representar mundos fantásticos requiere de todo un equipo talentoso multidisciplinario. 

Dentro del departamento artístico encontramos el equipo encargado del maquillaje, del vestuario, de la decoración de sets, de prostéticos, y claro, el diseño gráfico, que uno podría pensar que en un filme la tarea gráfica podría ser irrelevante. Pues en Harry Potter sería todo lo contrario. Los diseñadores gráficos Miraphora Mina y Eduardo Lima serían los responsables de crear un sinfín de materiales gráficos de todo tipo que alimentarán el universo ficticio de Rowling en la gran pantalla. Su ingenio sería responsable de concebir y dar forma física a artículos principalmente impresos como las cartas de Hogwarts, el diseño del Diario el Profeta, el diseño de los productos de los gemelos Weasley, y claro, tal vez su más icónica aportación a este universo lleno de magia, el Mapa del merodeador.

Miraphora participa en esta odisea desde el primer filme, mientras que Eduardo se uniría al equipo artístico durante la producción de la tercera entrega de la saga, misma que marcaría un nuevo rumbo en el departamento creativo de la saga, dando una identidad propia a los personajes y sus artículos personales, así como contribuir mucho más con la ambientación de los sets mediante el material gráfico visible en las escenas. Los carteles del mundial de Quidditch, posters de “Se busca” a Sirius Black, el diseño de portada e interiores de los libros de estudio de Hogwarts, el árbol genealógico de los Black, el diseño del boleto para el expreso de Hogwarts y las Proclamaciones de Umbridge, son algunas de las contribuciones de la dupla de diseñadores que posteriormente sería conocida como Minalima, dando pie a su próximo gran proyecto, uno que nacería al concluir la saga cinematográfica del joven mago. 

Fin de la saga, el inicio de House of Minalima

En 2011, tras más de una década de contribuir con su arte en la construcción de la identidad del Mundo Mágico, la saga del mago concluyó, y con ello, Minalima terminaría su participación en el fenómeno fílmico, más no sería el final para el material ahí generado. Miraphora y Eduardo decidieron abrir su propio estudio-galería dedicado a su trabajo más relevante, ubicado en Londres, listo para albergar sus creaciones disponibles para la comercialización en serie de cientos de miles de impresiones, posters, postales, libros, libretas y más, llevando el mundo de Harry Potter a un nivel de apreciación de las artes gráficas sin igual.

The House of Minalima revolucionará el concepto de artes gráficas y la belleza de su participación en el cine y la literatura, puesto que, además de ofrecer un amplio catálogo de prints inspirados en la saga del joven mago, Minalima llevarían a cabo una serie de proyectos especiales enfocados en la edición editorial de clásicos de la literatura fantástica, verdaderos tesoros repletos de ilustración, diseños de cubierta bellamente trabajados, e interiores interactivos al estilo pop-up, entre los cuales, la saga de Harry Potter no se quedaría atrás, siendo en tiempos más recientes reeditada por la mano de estos genios del diseño gráfico a modo de verdaderos tesoros ilustrados e interactivos de colección. 

Hoy, su estudio-galería-tienda es todo un atractivo turístico en Londres, tanto para fanáticos empedernidos del mundo mágico de Rowling como para amantes de las artes gráficas, ofreciendo una infinidad de artículos impresos realmente dignos de colección, desde impresos vistos en las películas como nuevas propuestas creativas de los diseñadores que forjaron el material gráfico del fenómeno mundial más importante del nuevo milenio.