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En un mundo digital donde lo audiovisual es la tendencia, hay que intentar adaptarse

 

Por Ángel Mora

Las redes sociales hoy han dejado de ser plataformas de interconectividad humana y se han convertido en algo más complejo en todos los sentidos. Ya no solo se trata de crear una cuenta y chatear con amigos o conocer gente nueva mediante mensajes o fotografías, sino que va más allá de este concepto social de internet para convertirse en toda una industria donde el dinero ha hecho de las suyas y lo que está de moda es lo que hay que priorizar. No queremos desprestigiar en su totalidad en lo que se han convertido las redes sociales a la fecha puesto que muchas de ellas funcionan como excelentes plataformas y herramientas sumamente útiles en diversos aspectos; pero lo que sí debemos recalcar es el cómo afecta la naturaleza misma de algo que fue creado de una forma para convertirse en otra completamente diferente solo por adaptarse a una tendencia en el mercado digital.

Como ejemplo de ello está Instagram, una red social caracterizada por el posteo de fotografías como su principal atractivo respecto a otras redes como Facebook o Twitter, siendo esta naturaleza toda una característica de la app de fotografía. Hoy, a raíz del dinamismo con el que se maneja la sociedad respecto al consumo rápido de material audiovisual, vemos como apps como Tiktok o Youtube se colocan en la cima de las preferencias al ofrecer un contenido audiovisual más entretenido y rápido de consumir respecto a lo estático de una imagen o un texto.

Es esta tendencia audiovisual dentro del social media lo que ha llevado a Instagram a tomar decisiones arriesgadas, comenzando a priorizar en el uso de herramientas para la creación de vídeos dentro de su plataforma y dejando de lado su característica naturaleza respecto a las imágenes y fotografías, punto de partida de toda una controversia que abordaremos a continuación.

Tendencia audiovisual

El mundo moderno no para, no se detiene, y prioriza en consumir todo a su paso, incluido lo que sus ojos ven en la pantalla. La sociedad ha pasado de tomarse el tiempo de analizar algo detenidamente y apreciar el detalle, a priorizar en consumir lo necesario a velocidades obscenas, siendo el material audiovisual una excelente herramienta para ello. Hoy, la gente prefiere ver videos de 10 segundos que bombardean sus sentidos de manera rápida y sonora a atender el detalle de una imagen compuesta por diversos elementos, y más aún, a leer detenidamente un texto explicativo. La gente quiere lo que necesita lo más rápido posible, porque el mundo en el que vive hoy así la ha acostumbrado, a la prisa de ir siempre contrarreloj y no detenerse a apreciar la vida misma, menos aún viviendo en un mundo digital.

Es este panorama orwelliano lo que ha puesto a lo audiovisual en la cima respecto al material visual estático, una necesidad de consumir todo mediante el movimiento, el sonido y en el menor tiempo posible. Esta tendencia hoy acosa las redes sociales, las cuales han pasado de sustentar su uso y herramientas de interconectividad social a implementar medios audiovisuales como su principal atractivo social. El rey de ello es TikTok, plataforma que basa su funcionalidad en la proyección de videos de todo tipo, todo el tiempo y sin descanso, convirtiendo a sus usuarios, tanto consumidores como creadores de contenido, en amantes del dinamismo del video, acostumbrándonos al contenido efímero digital. Trends que pasan de moda en una semana, temas en tendencia que se vuelven obsoletos de manera rápida, eso es el legado de la era digital voraz que hoy hace que todo caduque de manera inmediata si no se está en tendencia, y para las redes sociales aplica también, y con resultados trágicos.

La metamorfosis de Instagram

Regresando a Instagram y conociendo la tendencia audiovisual efímera de nuestros días, la app que alguna vez se caracterizó por ser la única en permitir crear conexiones mediante la imagen y la fotografía, hoy busca adaptar su plataforma priorizando en el video, algo que ha causado la molestia de muchos usuarios que no ven correcta esta metamorfosis propiciada por lo que a otras apps suele funcionarles. Si bien Instagram no es TikTok, hoy parece cada vez más parecida su naturaleza, pasando de ser su atractivo la fotografía a los stories, y de los stories a los reels, con lo que no sorprendería ver que posteriormente podamos editar videos al puro estilo tiktoker.

Esta evidente intención de Instagram (o tal vez de Meta) de convertir su app en algo completamente diferente es controversial y podría terminar por causar el abandono de la red social misma por parte de sus usuarios, tal y como ocurre con facebook, red que hoy parece una app digna de un público ya entrado en años con el letargo de lo obsoleto siguiéndole los talones. 

Lo audiovisual no es malo, sino todo lo contrario. Pero en un mundo de alta competitividad hay que saber cuándo y cómo diferenciarse de nuestra competencia, e imitar su naturaleza no es la mejor manera de hacerlo. Instagram es una app que ya no es igual y que cuya naturaleza actual aún la mantiene como algo interesante, pero que se balancea entre una apuesta temeraria que intenta competir con el gigante del video efímero, tiktok, o mantenerse como una de las apps preferidas del mundo tal cual es. Sabemos que hay que adaptarse y transformarse, innovar e implementar, pero lo peor que se puede hacer en un mundo como en el que vivimos, es imitar a otros, y claro, fracasar en el intento.