Por Jean Ambríz
En la actualidad, se ha pensado que la cultura de la cancelación podría ser el motivo principal para acabar con la carrera de cualquier marca, persona, o en este caso, artista.
Taylor Allison Swift, mejor conocida como “la industria musical” ha realizado movimientos a lo largo de su carrera que nos han ayudado a reescribir la manera en que una estrategia de marketing para lanzar un producto debe hacerse, o bien, para usar la “destrucción” de su imagen personal como razón para vender millones de dólares.
Corría el año 2016, y para entender un poco este tema nos remontaremos a la premiación de los MTV Video Music Awards del 2009, una joven Taylor de tan solo 19 años ganaba su primera nominación a “video pop del año” por el actual clásico e himno pop “You Belong With Me”; el público vitoreaba su victoria cuando de entre la audiencia se acercaba Kanye West para demeritar la victoria de ella, ridiculizándola y no permitiéndole dar un speech por su victoria. Sería este suceso uno de los más grandes hitos en la historia de la premiación, y a su vez, en la narrativa mediática de la rubia que apenas se empezaba a escribir.
Los años pasaban y su relación publica con el rapero se había tranquilizado, o al menos eso creíamos todos cuando, regresando al año 2016, se filtraba una supuesta llamada entre Taylor y Kanye donde este le informaba a ella que iba a realizar una canción donde la “mencionaría” más no se le informaba que lo haría de manera despectiva.
Las cosas se descontrolaron y por un fragmento filtrado por la actual esposa de Kanye en esa fecha, Kim Kardashian, la situación se saldría de contexto dejando a Swift como la mala de la historia, pretendiendo tener una imagen de inocente y mustia por quererse defender ante el ataque del rapero, cuando a ella nunca se le había informado que se usaría su nombre para denigrarla.
Taylor desapareció de los medios por completo, “nadie me vio físicamente por un año” mencionó la cantante en su documental “Miss Americana” en Netflix, usando este año para hacer una catarsis que la llevaría a lanzar su siguiente éxito: “Reputation”.
Taylor reapareció en las redes de la nada, adueñándose por completo de la imagen de serpiente que le había adjudicado la tribu Kardashian-West, apropiándose del concepto para lanzar en los premios MTV de ese mismo año su sencillo “Look What You Made Me Do”. Taylor había cambiado las reglas del juego, apropiarse de la cultura de la cancelación para regresar y revivir su carrera como estrategia de marketing, aquello era algo que nunca se había visto en la industria pop americana, y la rubia lo hizo tan bien, que la llevo a tener una gira de conciertos completamente en estadios, teniendo 2´888,892 asistentes y recaudando un total de $345.7 millones de dólares, todos sold out y proclamándola como una de las giras más rentables de la historia.
Esta fue la manera en que Taylor nos enseñó que la cultura de la cancelación puede derrumbarte, pero en la muerte de tu reputación, es cuando finalmente puedes sentirte vivo, resurgir y ¿por qué no?, tener un disco y una gira de conciertos que te hagan multimillonaria.