El ícono navideño de la coca cola tiene un porqué.
Por Ángel Mora
El Papá Noel contemporáneo viste los colores corporativos de la refresquera más grande y famosa del mundo, y este dato curioso no es para nada una coincidencia. Al mismo modo que un jugador viste el uniforme de su equipo o una celebridad porta el merchandising y logos de las marcas que promociona su figura, el querido viejo bonachon sinonimo de la navidad hace lo propio respecto a Coca Cola y sus iconicos colores negro y rojo. No, no estamos desvariando respecto a esto, ni promoviendo mitos alrededor de esta figura icónica de las temporadas, que si bien tiene un origen religioso, hoy parece estar a merced de las compañías listo para ser explotado en busca de hacer marketing para las fiestas decembrinas.
Santa Claus, Papá Noel, San Nicolás, Santa Atroz; si bien hoy se le conoce a este mitico ser por muchos nombres, la apariencia que probablemente llegue a tu mente sea la de ese regordete hombre de barba blanca y aspecto amable, de trajo rojo, negro y blanco, y si, con una Coca Cola bien fria en sus manos enguantadas, pues nada como la bebida negra para aguantar su jornada laboral por el mundo. Esta apariencia ya clásica de Santa Claus es nada menos que obra de la compañía refresquera, quien en los años 1930 optaría por apropiarse del personaje y darle una apariencia en busca de incrementar sus ventas en épocas más frías. ¿No nos crees? Súbete al trineo.
Al principio, si era un santo
La leyenda y tradición detrás del Santa Claus contemporáneo si tiene sus orígenes dentro del cristianismo, donde se adopta las creencias de un San Nicolás de Bari piadoso dador de regalos mediante la chimenea de las casas que lo necesitasen, un origen primitivo para una de las más famosas características del gordo bonachón actual. Con el tiempo y el sincretismo de los europeos migrantes a América, nacería una nueva figura navideña en Nueva Amsterdam, actual Nueva York: Sinterklaas, la Fiesta de San Nicolás, palabra de la cual se originaría el nombre que hoy identifica al icono navideño por excelencia: Santa Claus.
Estas primeras representaciones de Santa Claus aún estaban lejos de ser lo que hoy conocemos, siendo la primera de aspecto religioso y santo y la segunda de apariencia nórdica, como un duende de orejas puntiagudas, delgado y con ropa verde. El paso del tiempo, la adopción de la tradición y el trabajo artístico de escritores y pintores forjaron la nueva identidad del personaje, acercándose cada vez más a lo que hoy conocemos como Papá Noel. En el siglo XIX nace ya el mito de Santa Claus y su tarea de repartir juguetes en navidad, siendo ahora un viejo barbón pero ataviado con túnica verde y motas negras. Esta concepción derivada del cuento The Life and Adventures of Santa Claus de L. Frank Baum, sería el punto de partida para que Coca Cola hiciera lo suyo unas décadas más tarde, renovando la apariencia del personaje en gran medida y apropiándose en su totalidad.
Intervención refresquera
Con una figura navideña consolidada, era el momento de utilizar al viejo bonachón para promocionar la bebida del momento en fechas más gélidas. Coca Cola tenía la fama de ser una bebida digna de refrescar y para tiempos calurosos, por lo que el consumo de la misma solía disminuir en temporadas invernales. Esta problemática sería el punto de partida para iniciar una estrategia de marketing visual que hasta hoy sigue vigente, funcionando y que es realmente efectiva, siendo ya todo un sinónimo de la Navidad misma del mundo norteamericano.
Utilizar al personaje más representativo de la Navidad sería la apuesta de la refresquera para aumentar sus ventas en fechas decembrinas e invernales, por lo cual, Papa Noel tendría que recibir un cambio de look de la mano de Haddon Sundblom y vestirlo con los colores de la compañía, dando como resultado el Santa Claus contemporáneo que todos conocemos. LA figura actual de Santa Claus nació en 1931, de traje rojo, gordo, con barba blanca y una Coca Cola en su mano, representando mensajes y situaciones dignas de su leyenda donde la bebida intervendría como un plus promocional acompañado de frases que invitaban al espectador a consumir Coca Cola en fechas de amor y paz.
Legado visual
Los primeros materiales publicitarios de esta estrategia sería ilustraciones bellamente trabajadas de Santa Claus con su nueva apariencia, las cuales hoy forman parte del arte vintage y son cotizadas o’admiradas por coleccionistas de todo el mundo, residiendo en museos y en el archivo mismo de la compañía refresquera. A partir de ese momento, Santa Claus había llegado para quedarse, adaptándose con el paso de los años a nuevos formatos como el digital y la animación, pero representando el mismo espíritu navideño, y claro, la invitación al consumo de Coca Cola que hoy ya no es tan difícil como antes.
La apariencia del Santa Claus actual de la Coca Cola parece haberse convertido en el referente para otros formatos y adornos, pues llegado diciembre, o mucho antes, vemos tiendas abarrotadas de este personaje portando los mismos colores pero sin la botella en su mano. Ya sea para bien o para mal, la apariencia de este ícono navideño forma parte del canon navideño contemporáneo, altamente replicado en forma, tamaño y color, funcionando tanto para Coca Cola como para quienes pretenden decorar su hogar con la magia de la navidad o representarlo en otros medios como el cine, la literatura, el teatro o la televisión. ¿Un cambio de look acertado?