Revolucionando la forma de concebir entornos para cine y televisión.
Por Ángel Mora
La era post pandemia nos ha traído joyas cinematográficas y televisivas verdaderamente impresionantes que muchos de nosotros no estábamos listos para presenciar tras el encierro. Si bien decenas de producciones se vieron afectadas y retrasadas durante la era pandémica, nadie estaba listo para lo que finalmente llegó a las pantallas una vez que todo volvía a la “normalidad”. El cine y la televisión había cambiado, sobre todo las producciones que hacían uso del CGI como un elemento importante para concebir lugares y escenarios fuera de este mundo, pero que hoy adoptan una nueva herramienta para hacer realidad estas maravillas, donde finalmente las pantallas verdes tan detestadas por muchos comenzaban a quedar en el pasado.
Se sabe que la tecnología audiovisual siempre está evolucionando, buscando innovar con su siguiente gran herramienta de producción al mundo entero. Y en una era donde el CGI de pantalla verde va en decadencia, aparece un nuevo juguete que hace maravillas en busca de sustituir estas prácticas mediante las maravillas que ofrecen las pantallas led de alta definición y los motores gráficos hiperrealistas, elementos que nos han dejado en los últimos dos años joyas del cine y la televisión como The Mandalorian, The Batman, y Thor: Love and Thunder. Dejando atrás la era de la pantalla verde, hoy llega Stagecraft, el recurso definitivo para hacer más inmersivas las filmaciones mediante la proyección en tiempo real de gráficos de alta definición.
Stagecraft
El cine de finales del siglo XX se caracteriza por la magia de sus efectos especiales, diseño de sets, maquillaje y efectos prácticos, toda una oda al arte manual que no tiene comparación. Sagas como Alien, Terminator, Jurassic Park o Harry Potter en gran parte de sus entregas, han sido éxitos audiovisuales que se caracterizaron por sus efectos especiales y diseño de sets donde el trabajo artístico y manual de expertos en la materia hizo de lo que vimos en pantalla todo un entorno creíble y bellamente trabajado, siendo los efectos prácticos, el maquillaje elaborado de prostéticos, el diseño de vestuarios y la construcción de escenarios con sumo detalle, herramientas que convirtieron al cine en todo un deleite audiovisual acercándonos al nuevo milenio.
Pero justo cuando los 2000 arribaron, las nuevas tecnologías también lo hicieron, trayendo consigo la gran maravilla de su momento, el CGI y su pantalla verde, que no sólo hacían posible crear entornos computarizados sin restricciones sino que significaron un ahorro y aceleraron las producciones como nunca. George Lucas y su empresa Lucasfilm serían los pioneros de esta apuesta computarizada, siendo el regreso de la saga Star Wars la principal producción en combinar ambos recursos. Por 3 decadas veriamos el uso del CGI y sus entornos de color verde al por mayor, pasando de ser una maravilla tecnologica que impresinaba a todos a ir en decadencia en tiempos más modernos con Marvel Studios a la cabeza de esta debacle. La crisis existente de los artistas de VFX y la ya nada creíble herramienta de pantalla verde planteó la necesidad de una nueva herramienta para mantener a flote el cine y la televisión en tiempos modernos. Curiosamente sería Lucasfilm de nueva cuenta quien se encargaría de garantizar los efectos especiales de calidad para la próxima década.
The Volume
Stagecraft, como se le conoce a esta tecnología, es el gran avance tecnológico de la industria audiovisual de la década. Se trata de una herramienta de proyecciones en tiempo real de gráficos computarizados de alta definición, los cuales son proyectados a través de pantallas led 4K alrededor de un set específico llamado The Volume. La tecnología permite proyectar entornos de cualquier tipo, desarrollados mediante el motor gráfico Unreal Engine comúnmente utilizado en la concepción de videojuegos modernos, mismo que permite modificar en tiempo real lo que vemos en las pantallas según la necesidad de la cámara y la filmación.
The Volume hizo su aparición triunfal mediante la serie de Disney + The Mandalorian, donde por primera vez veíamos entornos dignos del universo Star Wars con un aspecto bastante realista ajeno a la dudosa visión del CGI tradicional de pantalla verde. Aquí, la iluminación juega en favor a los sets montados y sobre todo respecto a los actores que en ellos interpretan sus roles, siendo más inmersivos y generando un entorno más creíble donde, esta vez, si es posible ver lo que habrá alrededor a pesar de ser entornos computarizados. Con el Stagecraft es posible mejorar la iluminación a voluntad del director y el proyecto, modificar los entornos agregando elementos o quitando los innecesarios en tiempos real, cambiar de entorno en cuestión de segundos y sincronizarlo con el movimiento de la cámara.
Maravilla tecnológica de la década
El indudable éxito de esta tecnología ha hecho que sea implementada en los grandes éxitos cinematográficos y televisivos de los últimos dos años, con The Batman, donde se generó toda una Ciudad Gótica realista para la filmación con el volumen; Thor, Love and Thunder, la serie House of the Dragon de HBO, y The Mandalorian, The Book of Boba Fett y Obi-Wan Kenobi, la triada televisiva de Disney + que les ha permitido incluso perfeccionar esta técnica con el propósito de hacer más práctica su implementación.
Es una tecnología costosa, pero que resulta ser bastante viable para los grandes estudios, puesto que el producto final que ofrece y las múltiples ventajas sobre las tecnologías CGI ya obsoletas hacen de las producciones algo más práctico, y como producto final, algo exquisito de ver. La era de los efectos prácticos parece regresar por amor al arte, así como la pantalla verde se va quedando en el pasado, pero The volume demuestra ser lo de hoy, que en combinación con el maquillaje práctico y los pequeños sets montados al centro hacen de las producciones material de calidad digno de esta década.