Cuando el cine busca ser más que una sola película.
La industria cinematográfica hace mucho tiempo que dejó de ver las películas individuales, al menos en el aspecto comercial, como una opción rentable que solamente se queda ahí. Hoy, es más que usual que una película esté destinada a poseer una secuela, ser una trilogía, expandir su universo mediante Spin Off o que inclusive migre mediante la transmedia a otros formatos como la televisión y el streaming. Las franquicias son algo a lo que hoy ya estamos más que acostumbrados a consumir en las salas de cine, teniendo como precursor de esto series como Star Wars o Indiana Jones, franquicias que hoy tienden a diversificar de muchas formas y formatos para expandir estos universos.
Aunque muchos de estos universos cinematográficos han resultado ser ideas excelentes de manera creativa y comercial, también existen muchos casos que ejemplifican el fracaso de idear universos apresurados y poco sustentados en algo. Por otra parte, vemos cómo este recurso creativo comienza a caducar de manera acelerada, ejemplo de ello el universo cinematográfico de Marvel o la franquicia de Rápidos y Furiosos, que ejemplifican que extender algo de manera prolongada efectivamente cansará a la audiencia y terminará por quemar una formula anteriormente de éxito.
Una apuesta impredecible
El cine ha experimentado una transformación notable en las últimas décadas con la llegada de los universos cinematográficos, una estrategia que busca expandir y conectar historias a lo largo de múltiples películas y franquicias. Esta técnica no solo ha revitalizado la industria cinematográfica, sino que también ha brindado a los cinéfilos una experiencia inmersiva única. Sin embargo, como en cualquier empresa creativa, los universos cinematográficos han demostrado ser una espada de doble filo, dando lugar tanto a éxitos resonantes como a fracasos desafortunados.
Un ejemplo emblemático del éxito de los universos cinematográficos es el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU). Iniciado en 2008 con “Iron Man”, el MCU se ha convertido en una franquicia masiva que ha cautivado a audiencias en todo el mundo. A través de la interconexión de personajes y tramas en películas individuales y crossovers, el MCU ha creado una experiencia compartida que ha generado entusiasmo y expectación en los fanáticos. El arco narrativo en constante evolución y la calidad coherente de las películas han solidificado el éxito duradero del MCU.
Fórmula replicada por las productoras
Por otro lado, no todas las incursiones en universos cinematográficos han resultado tan afortunadas. El llamado “Dark Universe” de Universal Pictures es un ejemplo de un intento fallido de crear un universo compartido. Lanzado con “La Momia” en 2017, este universo planeaba revivir a los icónicos monstruos clásicos en una serie interconectada de películas. Sin embargo, “La Momia” fue recibida con críticas negativas y un bajo rendimiento en taquilla, lo que llevó a Universal a reconsiderar sus planes para el universo compartido. Este fracaso subraya la importancia de la calidad individual de las películas dentro de un universo, ya que un mal comienzo puede tener efectos devastadores en la percepción general.
Un éxito más reciente en el mundo de los universos cinematográficos es el “Monsterverse” de Legendary Entertainment. Iniciado con “Godzilla” en 2014 y seguido por “Kong: La Isla Calavera” en 2017, este universo compartido ha logrado fusionar a dos de los monstruos más icónicos de la cultura pop en una narrativa coherente. La atención puesta en la construcción del mundo y los enfrentamientos épicos entre estos titanes ha capturado la imaginación de la audiencia y ha revitalizado el interés en estas criaturas gigantes.
Del éxito al hartazgo
Aun así, incluso los éxitos pueden ser efímeros en el mundo de los universos cinematográficos. La calidad constante y la gestión adecuada de los recursos creativos son esenciales para mantener el atractivo de una franquicia a lo largo del tiempo. Ejemplos como la saga “Transformers” de Paramount Pictures demuestran cómo un éxito inicial puede verse opacado por secuelas de calidad variable, lo que lleva a una disminución en la emoción del público.
En conclusión, los universos cinematográficos representan un recurso poderoso para la industria del cine. Han dado lugar a éxitos notables como el MCU y el Monsterverse, que han cautivado a las audiencias con sus narrativas interconectadas y emocionantes. Sin embargo, también han demostrado ser un terreno resbaladizo, como se evidencia en los fracasos del “Dark Universe” y las secuelas decepcionantes. La clave para un universo cinematográfico exitoso radica en la atención a la calidad individual de las películas, la construcción de mundos cautivadores y la satisfacción continua de las expectativas del público. En última instancia, el equilibrio entre la innovación creativa y la atención a los detalles prácticos será determinante en la perpetuación de estos universos en la industria cinematográfica.