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Por Paulina Sánchez

No es novedad que grandes empresas contraten modelos y/o influencers para ser imagen de sus marcas. Dichos modelos se dedican a posar con la vestimenta que se les otorga o con el concepto y arte de la misma campaña. Sin embargo, a veces el contenido o dicha publicidad no es tan acertada e incluso llegan a ser ofensivas.

Tal es el ejemplo de modelos portando zapatillas de ballet, puntas, tutús, leotardos, medias, etc. Cuando claramente estos modelos no son bailarines.

Lo que menos desagrada de estas publicidades es si los modelos se ven bien o no en leotardo. Lo desagradable es que, existiendo bailarines de verdad, éstos no son contratados para dichas campañas, pues las empresas o las marcas deciden irse por una cara conocida con nula experiencia en la danza, que por la destreza de un bailarín profesional. 

Como VOGUE España junto a Kendall Jenner; Harper’s BAZAAR, Capezio, Graphy’O, Rexona, influencers en general, etc.

Y es así, como la comunidad dancística de todo el mundo comienza a hacer ruido, con justa razón, pues para poder portar unas puntas de ballet correctamente se toman muchos años de entrenamiento y, aun así, cuando por fin puedes usarlas, toma más tiempo dominarlas. Son años y años de clases técnicas.

Alondra Celis, bailarina profesional de Guadalajara, Jalisco, menciona que: “… las puntas de ballet no son un accesorio como una bolsa o unos tacones, son zapatillas especialmente diseñadas por y para bailarines de ballet”.

Los errores más comunes son los siguientes: Listones mal cosidos y puestos (no están donde deberían para cumplir su propósito, dar soporte al empeine y tobillo); no están total y correctamente parados en la punta; puntas muy nuevas, pues no están adaptadas al pie y el arco no es el mismo; resortes de fuera; en general, mala colocación postural.

Ahora pues, dejando de lado lo desagradable y ridículo que es esto, también es bastante peligroso. Pues no son cuerpos trabajados o listos para usar esta herramienta de trabajo. Este mal uso puede llegarles a lastimar y/o provocar lesiones.

Lo que sí es novedad, es que gracias a estas críticas las empresas ya están optando por no faltar al respeto a los artistas escénicos y contratarlos, como NIKE. Incluso también los deportistas de alto rendimiento comienzan a tener protagonismo en campañas de su mismo giro.

Sólo queda decirles a los publicistas que hagan bien sus campañas y contraten a verdaderos bailarines. Les aseguramos que el resultado será mil veces mejor. Y a los que ya lo hacen, gracias por valorar los años de estudio y esfuerzo.